lunes, 14 de enero de 2013

EL CUENTO DE CAPERUCITA ROJA

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En un pueblo vivía una pequeña niña, la mas bonita que jamas se había visto. Su mama y abuelita la querían mucho.
Su abuela le había hecho una linda caperuza roja y como le quedaba tan bien, siempre la vestía y todos en el pueblo la llamaban Caperucita Roja.
Un día, su madre había horneado unos exquisitos pasteles, así que le pidió a Caperucita que fuera a visitar a su abuela y que le llevara, los pasteles y un tarro de mantequilla, porque estaba enferma. Además le pidió que cuando caminara por el bosque no se detuviera ni se apartara del sendero porque podría encontrarse con algún peligro. Caperucita emprendió su camino inmediatamente, pero pronto se olvidó de los consejos de su mamá. Observo unas frutas en un árbol y las empezó a cortar, desviándose del camino. Luego vio unas flores y empezó a cortarlas para llevarle un ramo a su abuelita. De repente, escuchó unos ruidos extraños y aunque sintió un poco de miedo, descubrió entre la maleza al lobo, quien tenia muchas ganas de comérsela pero, como habían unos leñadores cerca, no se atrevió.


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El le pregunto a donde se dirigía y Caperucita, que no sabia el peligro que corría, le dijo:
-Voy a visitar a mi abuelita, le llevo unos pasteles y un tarro de mantequilla que mi madre le envía. -¿Vive muy lejos?- pregunto el lobo.
-¡Si!- Dijo _Caperucita Roja-, vive alla del molino, en la primera casa del pueblo.
-¡Yo también quiero ir a verla!- dijo el lobo, iré por este camino y tu por aquel, así veremos quien llega primero.
El lobo se fue corriendo a toda velocidad por el camino mas corto y Caperucita se fue por el mas largo, entreteniéndose a recoger avellanas, correr tras las mariposas y hacer mas ramos con las flores que encontraba. El lobo llego primero a la casa de la abuelita y toco la puerta:
-¿Quien es?- pregunto la abuelita
-Soy Caperucita- respondió el lobo.
La abuelita se asomó a la ventana y vio que era el lobo. Asustada, corrió y se escondió en el baño. Cuando el lobo entro a la casa, no encontró a la abuelita, así que se disfrazo como ella, y espero a Caperucita acostado en la cama, ansioso por devorarla. Cuando la Caperucita llegó, notó que la voz de la abuelita era diferente, y pensó que estaba resfriada, así que entró.
-Ven conmigo- dijo el lobo.
  Caperucita se asombro al ver tan diferente a su abuelita y le dijo:
-Abuelita, ¡Que brazos tan grandes tienes!
-Son para abrazarte mejor.
-Abuelita, ¡Que piernas tan grandes tienes!
-Son para correrte mejor.
-Abuelita, ¡Que orejas Tan grandes tienes!
-Son para escucharte mejor.
-Abuelita. ¡que ojos tan grandes tienes!
-Son para verte mejor.
-Abuelita, ¿pero que dientes tan grandes tienes!
-¡Son para comerte mejor!
Y cuando gritó esta frase se lanzo sobre Caperucita. Ella soltó la canasta y empezó a correr hacia la puerta pidiendo ayuda. En ese momento pasó un leñador, quien inmediatamente corrió en su auxilio, ahuyentando al lobo con unos leños. Caperucita corrió en busca de su abuelita, y al encontrarla la abrazó feliz y prometió que de allí en adelante siempre seguiría las recomendaciones de su mama.

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